La siempre cotizada textura del terciopelo es uniforme, agradable al tacto y resalta el color con el cual sea teñida. No destaca por ser gruesa pero sí por ser muy delicada y elegante, funcionando bastante bien en casi cualquier decoración.
El terciopelo es un tejido que desde su aparición en el mercado (hace más de 3000 años) se ha distinguido por su elegancia y dificultad de fabricación, haciéndolo un tanto exclusivo así como difícil de encontrar y lavar. Por fortuna en la actualidad es mucho más accesible y puede encontrarse con tejidos de seda, lino, lana, algodón, acrílico, acetato, poliéster, viscosa y muchos más, cubriendo casi cualquier necesidad de diseño.
Debido a todo esto, se hace común encontrar este material en casi cualquier tipo de tejido decorativo o de uso común en el hogar, por lo que a continuación se tratará sobre el protagonismo que puede tener este tejido en la cotidianidad.
Aunque sea posible encontrar el terciopelo en tejidos más baratos y en fabricación menos exclusiva, siempre será una opción ligeramente más cara que otro tejido. Teniendo eso presente, el terciopelo puede ser una buena opción para casi cualquier tipo de decoración.
Este tejido puede encontrarse en dos grandes categorías, la base mixta natural y la base sintética, y dependiendo de cual sea, la elección podría resultar mejor o peor bajo diferentes condiciones.
Básicamente se trata de tejidos que contengan cualquier tipo de fibra de origen natural, por lo que el poliéster (por mencionar un ejemplo), no figura en esta selección. En este caso se pueden encontrar combinaciones de todo tipo que faciliten en proceso de fabricación y al mismo tiempo garanticen buen acabado, como puede ser el caso de composiciones de algodón con una capa de seda para mejorar el brillo y la textura, entre otros.
Quizás las opción más popular hoy día, y es que gracias al origen de los materiales sintéticos se hacen más fáciles de mantener y garantizan su apariencia por mucho más tiempo, sin olvidar que pueden ser más accesibles. De manera similar a la base natural, a estos tejidos se les puede encontrar con capa de seda o cualquier otro tejido suave para garantizar la textura particular con las ventajas que ofrece el material.
De manera muy general, el terciopelo suele usarse para complementar cualquier decoración, sea moda en calzado, mochilas, bolsos, cinturones y demás. Esto hace evidente que sea posible encontrar prendas en tejidos de terciopelo tales como pantalones, abrigos, vestidos, faldas o algunos tipos de lencería.
En cuanto a la decoración, el terciopelo puede revestir joyeros, fondos de cuadros, estuches, marcos y el interior o exterior de cajas de cuberterías.
Una de las importantes desventajas del terciopelo es su mantenimiento, y es que este tejido requiere de minuciosa atención para no dañarlo, al menos en presentaciones de tejido natural. Se hace necesario la utilización de productos especializados así como también de ciertas precauciones en cuanto al uso de este tejido en las prendas.
En primera instancia siempre será recomendable prestar atención a las indicaciones en las etiquetas del tejido, pues a menos que esta señale que es posible lavar en lavadora no se debería considerar lavarlo en una. Por el contrario, seguramente la única forma de limpieza será por medio del lavado a mano y con la ayuda de algún detergente suave directamente sobre el área necesitada.
Teniendo presente lo ya mencionado, el procedimiento más común para lavar terciopelo sería el siguiente:
Este tejido guarda muchas particularidades respecto a otros, y es que por ejemplo no puede plancharse de forma convencional, esto porque su fabricación puede hacer que la presión y temperatura de una plancha aplaste las fibras y deje una marca permanente.
Cualquier tarea de planchado deberá realizarse por medio del vapor y solo de forma leve, ya que solo será posible alcanzar la parte posterior para tratar las arrugas. A saber, lo más conveniente siempre será simplemente tender el tejido y dejar que este se alise de forma natural con el tiempo y las condiciones del ambiente.
Este tejido durante buena parte de su historia fue utilizado por la nobleza y la aristocracia de la época, por lo que se hizo tremendamente popular una vez los métodos de fabricación y los materiales permitieron llegar a tejidos muy similares por precios considerablemente inferiores.
Ahora es más común encontrar el terciopelo en muchos más tipos de tejidos, incluso en arriesgadas apuestas de moda y decoración en un esfuerzo por demostrar la versatilidad del tejido pese a su delicadeza, aunque no sea posible estamparlo.
No se tiene información específica sobre quien creó este tipo de tejido, pero lo seguro es su origen, y este proviene de lo que ahora se conoce como el este del continente asiático. Es claro que su forma final no se vio sino a finales XV cuando era muy popular entre la población más exclusiva de los más importantes territorios europeos.
El particular interés por este tejido se encontraba en su acabado y dificultad de producción, así como también las diferentes texturas que podía tener en combinación con otros tipos de tejidos exóticos. Cabe señalar que hoy día sigue siendo la opción principal entre los sastres de la alta costura y de quienes disfrutan del color y la elegancia.
